No me despiertes cuando vengas, y no me habes al oido, ya no me sirven tus palabras, apague el sueño demasiado temprano. Dejé una carta en la mesa, con muy poca lucidez, pero el amor no se olvida, toda mi vida rendida a tus pies. Hay momentos que no recuerdo nada, hay momentos que no puedo olvidar, hay momentos qe por las madrugadas me arrepiento y empiezo a temblar. Cinco segundo de gracia, y mil horas sin razón.
martes
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario